Sin embargo, esta mujer decide irse lejos en busca de un mejor futuro para ella y los suyos, dejando a la pequeña Diana como llamo a la niña de apenas unos pocos días de nacida, al cuidado de algunos familiares.
Así inició la pequeña Diana sus primeros días, extrañando con profunda intensidad, las palabras, el calor, los cuidados de aquella mujer que apenas podía recordar y que muy seguramente habría olvidado de no ser por aquellas fotos a blanco y negro que guardadas en aquel polvoriento y semi destruido álbum familiar contemplaba con la esperanza de algún día volver a estar cerca.
Los años siguieron su camino y a la pequeña Diana niña una vez, conservaba ferviente en intacta la esperanza de poder ver frente a frente a su madre; a la edad de 16 años una luz de esperanza se abría y aquella felicidad, una vez esquiva hoy parecía estar con los brazos abiertos frente a la puerta de nuestra querida amiga su madre había venido de visita y lo que parecía imposible empezaba a hacerse realidad; sin embargo como a todo sueño le llego su despertar y a los pocos días la distancia nuevamente se posó cruelmente en la vida de estas dos personas pero con la esperanza de que muy pronto se volverían a encontrar, en aquél país a donde Diana viajaría.
Pasaron los años y por más que intentó y luchó para reencontrarse con su madre en aquél país no se dieron las cosas y llegó su turno de ser mamá. En ese momento su prioridad fue otra: darle a sus hijos toda la atención, amor y cuidado del que se vio desprovista durante sus primeros años de edad.
Sin embargo la vida da tantas vueltas y la voluntad de Dios actúa de maneras tan misteriosas que nunca sabemos que nos depararán los días venideros, es así como por más de cuarenta años aquella mujer que una vez se vio partir en busca de un mejor futuro hoy yace convaleciente producto de un cáncer de estómago, con tan solo la ilusión de poder ver el rostro de aquella pequeña que en algún momento se vio obligada a dejar producto de las circunstancias.
Hoy Diana lucha a manos llenas en contra de las adversidades para poder viajar a los Estados Unidos, ver nuevamente a su madre y permanecer en dicho país el tiempo que lo requiera. Sabemos cuán difícil es tramitar una visa americana. Diana muchas veces lo intentó y no lo logró. Sin embargo, los milagros de Dios se ven todos los días permitiéndole a ella ir una vez más a la embajada y recibir su visa por 10 años. Ahora tú puedes seguir siendo parte de este milagro. Somos las manos de Dios aquí en la tierra. Diana no cuenta con los recursos suficientes para viajar, por lo que el Departamento de Comunicaciones de la Fundación Aprendo, donde ella se desempeña como auxiliar de cafetería, está liderando la campaña “Todos por Diana”, la cual busca gestionar el dinero necesario para su viaje, para quienes quieran y puedan colaborar con la causa lo hagan.
La campaña surgió porque más allá de los tiquetes a los Estados Unidos, Diana debe permanecer en ese país alrededor de un mes, ya que a su madre le comenzaron las quimioterapias y no tiene quien la atienda.
Esperamos contar con tu apoyo para esta causa. Si quieres colaborar, los datos de la cuenta son los siguientes:
Cuenta de ahorros del Banco AV Villas número 803926216 a nombre de Diana Cabrera Osorio
Para mayor información y/o si quieres donar dinero que no sea a través de la cuenta, puedes comunicarte con el Departamento de Comunicaciones de la Fundación Aprendo al teléfono (57)3559937 o al correo electrónico ceventos@fundacion-aprendo.org
Barranquilla- Colombia