Colosenses 3: 1-3
El secretario de un abogado era cristiano evangélico. El abogado no lo era. El secretario siempre trataba de darle el mensaje del Evangelio a su jefe.
Un día el secretario tuvo que hacerle frente a un horrible ataque de Satanás. El abogado comprendió que estaba sufriendo. Entonces le preguntó:
-¿Por qué sufres? ¿No eres cristiano?
El joven no le supo responder. Otro día salieron los dos a cazar. Encontraron dos patos. El abogado les disparó. El uno cayó muerto y el otro se fue herido.
-Corre tras herido- le dijo el abogado.
-¿Y por qué no corro a recoger el muerto?- preguntó el secretario.
-Precisamente, porque está muerto.
El secretario comprendió entonces que esa sí era la respuesta para la pregunta del abogado sobre su sufrimiento. Así se lo explicó: "El diablo me persigue a mi porque estoy vivo"