jueves, 7 de junio de 2012

LA PROTESTA DEL JABONERO


Un jabonero le decía a un predicador evangélico que el Evangelio no tenía poder para cambiar al pecador,  puesto que después de dos mil años de estarse predicando, todavía había borrachos, ladrones, prostitutas y toda clase de pecadores.
El predicador le respondió:
-Su jabón tampoco sirve para nada.
-¿Por qué? - preguntó el fabricante de jabón.
-¡porque cuánto tiempo hace que usted lo produce, y vea cómo están de sucios los habitantes de este barrio!
-Bueno, si quieren estar limpios, tienen que aplicarse el jabón.
-Del mismo modo -replicó el predicador- para que se acaben los pecadores, éstos tienen que decidir lavarse en la sangre de Cristo.

1 JUAN 1:7
pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado. 

(Francisco Lievano)