Llegó un individuo a la aduana para salir del país. El empleado de identificación le pidió que presentara sus documentos de identidad. Cuando el empleado ve la foto, le dice:
-Esta fotografía no es la suya.
-Sí, es mi fotografía -contesta el individuo.
-Pero no se parece en nada.
El hombre viajero tuvo que explicar al empleado que lo que sucedía era que había nacido de nuevo al aceptar a Cristo como Salvador personal.
2 CORINTIOS 5:17
De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas.