Los químicos saben que el haz de luz, aunque no vemos sino un rayo, realmente hay tres: el químico, que es invisible; el calorífico, que produce calor y por tanto se siente aunque no se ve; y el luminoso, que es el visible. Si están presentes estos tres rayos, hay luz, y si hay luz es porque están presentes los tres.
No comprendemos perfectamente esta verdad de la ciencia, pero es un hecho probado.
Es un hecho análogo a la Santísima Trinidad: Dios el Padre es invisible, Dios el Hijo es el que resplandece, Dios el Espíritu Santo es el que se siente aunque no se ve.
Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno. (1Juan 5:7)
Francisco Lievano