Un evangelizador le daba el mensaje del Evangelio a un apuesto caballero que se alistaba para salir a la calle. El mensajero le decía que el mensaje del Evangelio era necesario para poder lograr la salvación del alma. El hombre respondió:
-Yo no necesito el mensaje del Evangelio. Cuando salgo me echo tres cruces: una en la frente para que me libre de malos pensamientos; otra en la boca para evitar malas palabras; y otra en el pecho para evitar malos sentimientos. ¿Que mas necesito?
Como notara el evangelizador que el hombre también tenía un puñal en el cinto, metido por dentro de la camisa, le contestó:
-¿Y la que lleva en la cintura es para librarse de perdonar a los enemigos?
Realmente esa era una tergiversación del significado de la cruz.
"Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios." ... (1Corintios 1:18)
Francisco Lievano