miércoles, 13 de marzo de 2013

¿QUÉ ES EL HOMBRE?


Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del nombre, para que lo visites? (Salmo 8:4).

Con estas palabras, cabe reflexionar esta interrogante a Dios a modo personal diciendo: ¿Qué soy yo Señor, para que te acuerdes de mí? Y ¿Quién soy, Señor, para que vengas a mí? Bueno, es interesante pensar primero, ¡cuán grande es nuestro Dios!

Él, Dios todopoderoso fue quien creó la tierra y todo cuanto en ella hay, creó ese sol maravilloso que siempre nos alumbra, esa luna que igual nos acompaña todas las noches, las estrellas preciosas que adornan el firmamento, los planetas, y en fin; todo el Universo glorioso que conocemos. Ahora, póngase a pensar el tamaño del hombre ante ese vasto universo si según los científicos astrónomos, vivimos en uno de los planetas más pequeños de todo el Universo.

Empezando con que si el sol teniendo el diámetro del largo de una cancha de básquet, la tierra podría ser del tamaño de una pelota de golf. ¿Esto le asombra? Pues, que pensar si según los mismos astrónomos, el sol es una de las estrellas más pequeñas e insignificantes de todas las galaxias conocidas. 
Entonces, ¿Qué tan pequeño somos los seres humanos?

Definitivamente es para quedarnos mudos ante ese Dios tan inmenso que creó el Universo majestuoso y que el hombre mismo no puede dimensionar. Lo que sí podemos hacer es postrarnos cada día y darle gracias a Dios que si bien somos como nada en el universo, sin embargo, incomprensiblemente para Él somos la máxima creación.

Dios nos creó con sus propias manos, nos hizo a imagen y semejanza suya, sopló de su aliento en nosotros y nos dio la capacidad para reconocerle y amarle. ¡Somos especial tesoro para Dios!, fuimos creados para su gloria y alabanza, para rendirle toda nuestra adoración.

“Le has hecho poco menor que los ángeles, Y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; Todo lo pusiste debajo de sus pies: Ovejas y bueyes, todo ello, Y asimismo las bestias del campo, Las aves de los cielos y los peces del mar; Todo cuanto pasa por los senderos del mar. ¡Oh Jehová, Señor nuestro, Cuán grande es tu nombre en toda la tierra!”  (Salmo 8:5-9).