“No perdáis, pues, vuestra
confianza, que tiene grande galardón; porque os es necesaria la paciencia, para que
habiendo hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa. Porque aún un
poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará.” (Hebreos 10:35-37).
Una importante exhortación nos da este texto de las Sagradas Escrituras para la Iglesia de Jesucristo; la cual ha depositado su fe en el Hijo de Dios. Lo esencial es, no perder la confianza, en el Señor y su Palabra. A lo largo de la Biblia Dios nos anima a mantener firmeza en la fe, cuyo galardón o premio glorioso es poder contemplar cara a cara, y vivir eternamente y para siempre con nuestro amado Jesucristo.
Jesús mismo dijo: “Vendré otra vez,” (Juan 14:3) con el propósito de salvar a aquellos que hacen la voluntad de Dios, se han guardado en integridad, pureza y santidad. Estos son los fieles que le aman y han decidido guardar sus mandamientos.
Pero la promesa está abierta para toda la humanidad porque Dios quiere que todos sean salvos, “para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16). Cristo viene para darnos vida y vida en abundancia desde ahora y para siempre. Tan grande es el amor de Dios.
En Jesucristo tenemos el perdón de
pecados por su sangre, la salvación de la condenación eterna y somos libres de
toda obra de las tinieblas. Su poder, mediante el Espíritu Santo nos guarda y
ayuda hasta el fin para alcanzar todas sus promesas.
Finaliza el último capítulo de la Biblia diciendo el Señor: “He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra” (Apocalipsis 22:12). ¿Estamos listos para su segunda venida?