El hermano llanero Rafael Guzmán compra un toro. Inmediatamente
le pone un sello que en ganadería lo llamamos hierro. ¿Que garantiza ese
hierro? Simplemente, que el toro es propiedad exclusiva del hermano Rafael Guzmán.
Está sellado con una señal que representa su nombre.
Es lo que Dios hace
con nosotros: nos ha comprado por precio (1Corintios 6:20), y nos coloca su Espíritu
como sello, no para que El sepa que somos suyos, sino para que nosotros lo
sepamos. Como somos seres racionales, necesitamos saber eso. El ya lo sabe
desde la eternidad.
“En él también vosotros,
habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y
habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”
(Efesios 1:13)