Hay eventos que, por pertenecer a la vida un poco más privada de los héroes, no aparecen en el escenario magistral de la historia. Pero se han transmitido a través de tradiciones y relatos populares. De la vida de Napoleón se narran muchos. Según uno de esos relatos, el general mandó a hacer en cierta oportunidad una cota de malla.
Cuando el artesano que se la hizo fue a presentársela, Napoleón le dijo que se la pusiera él mismo. Así lo hizo el hombre. El guerrero le preguntó si el trabajo estaba garantizado. El artesano le afirmó que se lo garantizaba. El general sacó la pistola y le disparó varias veces al hombre. La cota resistió la prueba.
El hombre no tuvo que cobrar, pues Napoleón en recompensa por su honradez le dio mucho dinero.
Dios También nos ha ordenado un trabajo. Un día tendremos que presentárselo. Si la obra resiste la prueba, la recompensa que ha de recibir el cristiano por su fidelidad y honradez en el trabajo, será tan grande que no tendrá paralelo en la historia humana.
"Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo" (2Corintios 5:10)
"He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra. (Apocalipsis 22:12)
Francisco Lievano