Cuando el Dr. William Moon, de una cuidad de Inglaterra llamada Brighton, se quedo ciego, dijo: "Señor, acepto de Ti este talento de ceguedad. ayúdame a usarlo para tu gloria, con el fin de que a tu venida puedas recibir lo tuyo con intereses." Poco después, Dios le habilitó para que inventase el "alfabeto Moon" para los ciegos, por medio del cual miles de ciegos pudieron leer la palabra de Dios, y muchos de ellos han sido salvos."
Dios nos enseña que podemos poner para su servicio aun aquellas cosas que pudiéramos pensar que son desventajas y limitaciones de nuestra vida. Para Dios no hay personas minusvalídas cuando disponemos nuestro espíritu para entregarlo todo para su gloria.
Dijo Jesús: Para juicio he venido yo a este mundo; para que los que no ven, vean, y los que ven, sean cegados. (Juan 9:39)